octubre 17, 2006

Mi otro yo...


Trato de evitarte durante las largas horas,
pues tu reflejo me condena a la incertidumbre,
no puedo soportar mi realidad existente,
de vivir aterrado y encerrado en mi mundo.

© José M. García Velázquez 2006.


Arte: Elsie Russel
A Mirror in Which to Dwell 1999, oil on linen, 56" x 44"
http://www.parnasse.com/erlist.htm

octubre 04, 2006

Carta para un final...

Que haré? , ahora que aparentemente ha llegado el final. He tratado de explicarte tantas veces, que no es que no sienta nada por ti. Estoy aquí porque te amo, sí te amo aunque creas lo contrario. Dices, que te ignoro, que te humillo y que te desprecio. Nada lejos de la verdad. No hay otra persona más importante en mi vida, que tú. El amor no solo se basa en lo físico, es mucho más que eso. El amor es tolerancia, persistencia, comprensión y apoyo total.

Un capitán no abandona su barco cada vez que cree que va a naufragar. Es él quien último abandona la nave.

Te has dado por vencida apenas ha comenzado la batalla. Puedes perder muchas batallas, pero jamás podrás perder la guerra. Te vas y me dejas sin luchar por aquello que forjamos, me abandonas sin ningún reparo.

Lo más triste es que ahora concientemente me ignoras, me hechas a un lado y sobretodo me mantienes alejado de todo lo que amo. Me has sumergido en una soledad silente.

El siguiente es un extracto de una carta que encontré en la biblioteca personal de un amigo. Es una carta anónima escrita posiblemente por alguien que estaba sufriendo un problema personal. Mi amigo me dijo que no recordaba de donde la había conseguido. El piensa que posiblemente fue en los años en que estudiaba en la universidad. El papel en la que estaba escrito estaba descolorado, ajado y con un olor de un perfume suave que no se puede describir.

Bueno amigos, que piensan que sucedió con esta carta?

septiembre 25, 2006

Quiero...


Quiero entrar en los sueños que aprisionan tu alma,
fundirme en el exilio de mi amante desenfreno,
cual espejismo lejano que busca tu mirada,
y morir encadenado a la bruma de mi nostalgia.

Quiero quererte con pasión, con la verdad que quema mis entrañas,
y me tira moribundo a los pies de tu mirada,
arrastrándome con temor de no volver a tenerte,
y te escapas de mis manos cual arena entre los dedos.

Quiero sentirte dentro del consuelo que invade mi corazón,
y me llena de pasión enardecida con tus besos,
que dibujan cada detalle de mis labios encarnecidos,
que sangran del amor que destila tu esencia.

Sueño que atormentas mi mente, me confundes a diario,
me entregas al martirio de estar sometido a tu deseos,
quiero dormirme entre los suspiros que arruyan la noche,
y que desvanecen la herida de mi alma ensangrentada.

© José M. García Velázquez 2006.

agosto 15, 2006

Vulnerable...



Como saber que estás aquí,
apenas presiento tu cercanía,
te busco en la locura de un frenesí,
como el criminal que actúa con alevosía.

La cruel búsqueda me agobiaba,
ni el polvo que guardaba tus huellas,
recuerda haber sentidos las pisadas,
desgarradora en esencia resulta mi querella.

No sé si soportar tu continuo ausentismo,
si podré escapar de esta alucinante realidad,
que me encierra profundo en los confines del abismo,
y encadenado aceptando mi inevitable vulnerabilidad.


© José M. García Velázquez 2006.

Arte: Acrílico en Canvas de Leslie Rohonczy

agosto 14, 2006

Espera


Mi musa se ha apagado ante la intensa batalla que libro,
arrastrado en las tinieblas del destino que ignoro
mi cuerpo sucumbe ante el cruel abismo,
mi pensamiento se confunde ante el inminente deterioro.

Tendré que seguir en la espera milenaria,
que ejerce total influencia sobre mi alma,
el mal que arriba como aterradora emisaria,
fingiendo ante todos una aparente calma.

© José M. García Velázquez 2006.

junio 30, 2006

Tristeza aprisionada


Contemplándote pérdida en la prisión de tu tristeza,
arropada en las sombras deprimidas y aterradas,
cabizbaja tu sombra como espejo de flaqueza,
convertida en una falsa relación de amante abnegada.

Te veo sumergida en lo profundo de tu agonía,
sin poder recuperarte ante el cruel castigo,
temerosa de perderte nuevamente en la vía,
como el dolor desesperado de un moribundo mendigo.

Amada que te conocí en la soledad de nuestro silencio,
capturaste mi corazón en un suspiro eterno,
aprisionado mi cuerpo castigado por el cencio,
como el deseo ardiente de este apasionado infierno.

Me estremeces locamente con tu frágil presencia,
trastornas en locura a mis íntimos sentidos,
no puedo apartarme de tu erótica cadencia,
me endurezco bien ardiente ante tus profundos gemidos.

Despierta a la realidad no hay regreso a la nostalgia,
erguida ante la vida despertarás ante el clamor de mi deseo,
a la mujer que atesora el más dulce de los secretos,
abrirás el surco encendido de la bóveda celestial.

Cierra tus ojos y sueña con el momento apasionado,
y moverte hacia el placer mutuo y acalorado,
junto a mi compartirás la corriente sudorosa,
que recorre nuestros cuerpos amarrados.

Y cuando llegues al momento de compartir el dulce sumo,
que propicia la entrega total de mis intimidades y anhelo,
comprenderás la realidad de este cielo encendido,
que te brinda de las tinieblas el escape a tu consuelo.

© José M. García Velázquez 2006.

junio 24, 2006

Tú...mi fortaleza


He vuelto a escuchar tu respiración,
fundida en mi alma enardecida.
Me estremezco fuertemente con tu vibración
que arrastra de mi cuerpo la pasión encendida.

Es el sonido más hermoso de este mundo,
que seduce el pensamiento que me invade,
Sin importarme que me dejes moribundo
y en mi cuello un amuleto de jade.

Envuélveme con la piel de tu mirada,
que aprisiona mi capricho con tu hechizo.
Siempre a tu lado en una infinita velada,
y escondidos a través del mágico pasadizo.

Ven a mí que te quiero ilusionada verdad,
quiero descubrirte con toda tu belleza,
y ampararme en nuestra afinidad,
con nuestro amor como única fortaleza.

No importa que me quede en este mundo.
Quiero ser completamente tuyo.
Tu pecho y mi pecho hundido en lo profundo,
nuestros labios entrelazados en un silente murmullo.

Quema mi cuerpo con tus besos que encadena,
y emerge de mi alma los deseos obscenos
quiero amarte con locura en una constante faena
quiero amarte hasta morir con tu dulce veneno.

He quedado cansado hasta la saciedad,
juntos jugamos al amor que nunca acaba,
En el lecho agarrados en la agresividad,
y tu aprisionada de mí como esclava.

© José M. García Velázquez 2006

mayo 31, 2006

Un mensaje especial...


A mis amigos de la blogsfera,
les notifico con todo mi respeto,
para que mi musa pueda ser duradera
he tenido que tomar un pequeño asueto.

No es que deje a un lado todo aquello que atesoro,
simplemente es que mi tiempo se ha complicado,
un breve descanso para mí será un tesoro,
les prometo que mi espacio no será abandonado.

Al igual que otros necesito recargar de energía,
mi mente, cuerpo y sobretodo mi inspiración,
no deseo que mi blog llegue a estar en agonía,
y que pronto sea parte de una buena reintegración.

¡Me despido momentáneamente y para ustedes mi total respeto!

mayo 18, 2006

La pasión que despertaste en mí




Has despertado en mi la pasión cual ninfa dormida,
justo ahora que tengo la necesidad de escuchar tus sonidos.
Me sobresalta la idea de tenerte en un instante comprometida,
y quedarme arrinconado a tu piel que cubre mis sentidos.

Fueron tus besos que se asomaban a la orilla de mis labios,
en una travesura constante y seductora que abrazada se entrega.
Tu partida me duele, desesperadamente dejándome el resabio,
ocupando en mi mente la constante refriega.

Fueron muchas las noches en que me entregaba al placer,
de tenerte fundida en los recuerdos que logran aprisionar,
el éxtasis sudoroso de mi cuerpo sediento que quiere enloquecer,
acariciando para siempre la idea de tu amor atesorar.

Ahora que probé de tus labios y que busqué de tus secretos,
cual dulce savia que emana de tus palabras brillando las perlas de tu boca,
Quiero sembrarme en tu cuerpo y descubrir el origen completo,
de la pasión que lentamente hace que disfrutemos el instante que provoca.

Dime que deseas amarme y que no esperas ni un instante más,
deja que te hunda en las aguas turbulentas del deseo,
amarrados en un nudo corporal danzando eternamente en compás,
nuestras miradas constantes continuarán en desenfreno.

Con mi boca buscaré cada rincón de tu alma estimulada,
susurraré mil lisonjas cubiertas de picardía en tus oídos,
me escurriré en tu cuello y buscaré en tus pechos la erección anhelada,
y probaré con mi lengua los botones de tus pétalos prendidos.

Descansaré en la planicie de tu abdomen dorado
y el camino que me espera no se acaba en un instante,
apenas ha comenzado mi travesía acostado,
y encontrar en la distancia la fuente de mi deseo alucinante.

Bajaré por la delicadeza de tu monte abultado
acariciando con mis manos tu fortaleza dormida.
Con dos manos abriré la entrada a tu delirio abestiado,
y posaré el ambiente encendido de mi feroz acometida.

Con fuerzas aceptarás la invitación a buscarme entre caricias,
me arroparás con la humedad que en mi destilas,
apretaré con mi fuego tu brasa que domina mi delicia,
probaré lentamente el sumo de tu cueva como zábilas.

Sé mía para siempre, no mantengas el titubeo,
No me niegues tus caricias, no me dejes en agonía,
te besaré, te abrazaré hasta el final de mis días
tuyos son mi alma, mi amor, mi cuerpo y mi deseo.


© José M. García Velázquez 2006

mayo 14, 2006

Madre mía...


La más bella palabra en labios de un hombre es la palabra madre,
y la llamada más dulce: madre mía.

Khalil Gibran (1883-1931) Ensayista, novelista y poeta libanés.


A todas las madres de este lindo planeta llamado Tierra,
en especial a mi madre Carmín,
les deseo la mayor felicidad en este día tan especial.
No sin olvidar que todos los día de nuestras vidas
debemos acordarnos de ellas, amarlas y protegerlas;
pués son ellas el reflejo de la bondad y el amor entregado e incondicional
que Dios brinda a sus hijos.

¡Muchas Felicidades!

mayo 12, 2006

Resurgir



Ante la adversidad a la que se enfrenta,
mi amado terruño se mantiene erguido,
majestuoso el mundo contempla,
como sus detractores lo han dejado aturdido.

Sin querer acceder al compromiso que contrajeron,
los líderes de barro que nos mantiene en constante mentís,
con sus desmanes y malabares solamente perdieron,
la oportunidad de poder cumplir con el servicio a mi país.

Le mintieron al pueblo, a la iglesia y al clero,
con su sonrisa sarcástica y burlona,
ese rufián que ha quedado como embustero,
se cree por demás que mi patria es bobalicona.

Vuelven a jugar con la palabra empeñada,
sin que le importe la mentira entregada,
una y otra sus acciones son descabelladas,
mi islita como antes sigue siendo abusada.

No se sabe si mis hermanos regresarán prontamente a la faena,
si nuestros niños podrán recibir el pan de la enseñanza,
no sabemos si podemos contar con alimentos en la cena,
pues por culpa de esos pocos no podemos disfrutar de la bonanza.

Aguanta querido Borinquen, que la lucha continúa,
no te entregues a la mentira que tratan de presentarte,
con sus acciones te maltratan y te castigan como la púa,
como el fénix resurgirás y el orgullo bajo el ala como estandarte.

© José M. García Velásquez 2006

mayo 09, 2006

Unidos por nosotros...


Amanece Puerto Rico en medio de la desolación.
buscando una solución que beneficie a nuestros hermanos,
sin importar quienes nos dan la mano,
estamos cautivos como esclavos sin abolición.

En enormes filas, solicitando ayuda que no llega,
perdidos en la sombra de la incertidumbre,
sin importar de donde viene la brega,
arrimados en la esquina de la inmensa pesadumbre.

Lancémonos a la calle a dar la voz de alerta,
unamos nuestros esfuerzos por un bien común,
hay que presionar para dejar las puertas abiertas,
no podemos dejarlos que decidan en un catapún.

Ante tal aberración han decidido recesar,
sin importarles claramente el bien de mi tierra,
nuevamente demuestran una dejadez al querer abandonar,
a mi isla querida, tirada a la calle como simple perra.

Una asamblea general del pueblo, debe permanecer,
no importa la tempestad, la lluvia o nuestro sol,
marchemos abrazados como un cuerpo sin decaer,
demostrando a todo el mundo que no somos clazol.

Esperamos nuevamente a que la razón se demuestra ahora,
solo ocho necesitamos para regresar a nuestras labores,
se debe acabar para siempre la actitud abusadora,
dejen ya la mascarada y atiendan nuestros clamores.

Aprueben la maldita ley que permita conseguir el dinero,
para que miles de trabajadores continúen trabajando
ya basta de alcahuetear y de servir a ese funesto vocero,
pues su futuro ante el pueblo lo estaremos considerando.

© José M. García Velásquez 2006

mayo 06, 2006

¡La agonía de mi patria!


Mi corazón destrozado llora amargamente,
pues mi patria bendita se encuentra encadenada,
por culpa del capricho que ha demostrado esta gente,
el mundo contempla a mi islita avergonzada.

Han lanzado a mi pueblo en una carrera sin frenos,
sin trabajo han dejado a muchos de mis hermanos.
Su actitud indiferente como serpiente y su veneno,
ha mordido el alma de este terruño borincano.

Con sus promesas que se pierden como el humo,
han decidido enterrar el orgullo puertorriqueño.
Nuestras venas se vuelven en grumos,
ya no gozamos de este paraíso risueño.

Me avergüenzo de este grupo que te dice compatriota,
que han apuñalado en la espalda a Puerto Rico,
pisoteando, brutalmente al trabajador, con sus botas,
y el sueño de mi gente colgado ha quedado en los hicos.

No importa que color llevas, esto afecta a todos.
Nunca le has importado a la loma de los vientos.
Te arrastraron concientemente en los lodos,
han dejado a miles de hermanos sin alimentos.

El juicio final llegará antes de lo que piensan,
frente al tribunal del pueblo enfrentarán su delito.
No habrá quien se encargue de la defensa,
y solo se escuchará la sentencia de este grupo proscrito.

Despierta boricua, digno hijo de esta tierra,
orgulloso luchador, resiste el embate del traidor.
Destierra de tu vida a aquellos que te dieron la espalda.
y atesora tu suelo riqueño como bella esmeralda.

© José M. García Velázquez 2006


mayo 02, 2006

La Llamada


Hola...te llamo para decirte que te extraño.

Te llamo porque sé que ya no estás.

Mi cuerpo se encuentra en un peldaño,

hundido en un vacío triste por demás.


¿Por qué te fuiste de repente?

No sé que causó tu malestar.

¿Por qué no estás presente?

Me dices que me tengo que conformar.


Fue quizás que mi amor te aprisionaba,

en una celda de amor y pasión.

Fue tu actitud la que socava,

no me pidas una sumisa aceptación.


Disculpa si mi amor no fue suficiente,

para llenar tu expectativa de amar,

o quizás fuiste demasiado exigente,

y fue poco lo que tu pudiste dar.


Hola...te llamo aunque me sienta huraño,

mi dolor pronto terminará,

te veré como cualquiera en un año,

mi esperanza surgirá como el maná.


© José M. García Velázquez 2006

abril 22, 2006

Espejismo



Al otro lado de mi mundo,
ví la imagen de tu cuerpo deseado,
entre sombras de deseo moribundo,
consumido por mi amor marginado.

Cada noche sueño con tu pronto regreso,
al lado del mundo en que vivo,
ante tu cuerpo sobrevivo,
y mis manos te dibujan con deseo.

Ahora es que te siento más cercana,
cuando más es mi deseo de existir.
No te tardes en aparecerte de la nada,
no demores en compartir mi sentir.

No preguntes el porqué de mi delirio.
¿Es acaso la razón de mi vivir?
Mi espera resulta en martirio,
sin ti mi vida no tiene porvenir.

Llega pronto querido amor lejano,
cual espectro te envuelves en mi alcoba,
temeroso como un puritano,
despojas mi razón cual cruel loba.


Al otro lado de mi mundo,
continúas cual espejismo fugaz,
sin esperanzas me dejas iracundo,
envuelto mi corazón en tenue disfraz.

© José M. García Velázquez 2006

abril 20, 2006

Sueño de madrugada


(Para ti mi amada que has sobrevivido al tiempo y la distancia...)

Hacia el sur me dirijo entrada la madrugada,
entre oscuros caminos que me llevan a pensar,

la brisa musical me golpea accidentada,

alejándome entre sueños de mi angustioso pesar.

Recuerdos que llegan en forma de susurro,
rampante fue tu amor como incandescente luz,
cual esperanza dormida en la sima de tu esencia,
sensual fue tu presencia ante mi mirada dormida.

Apretados contra el viento, arrimados a la brasa,
comenzamos el ritual del amor sin fronteras.
Tu cuerpo junto al mío fundidos a la vez,
transpirando en soledad esta sed de lujuria constante.

Tus ojos se transformaron ante la continua embestida,
buscando sin control el deseo incitante.
Tus gritos suplicantes de nunca acabar,
el momento sublime de tu castigo agotante.

Tus pechos sudorosos hidrataron mi gusto,
saboreando lentamente el fluido néctar de tu cuerpo
Abierta ante mi tu húmeda y acalorada realidad,
que me invitó plenamente a entrar en tu bondad.

Entrando en tu reino me sentí rey,
sublime entrada a la morada de tu placer.
Me besaste, me golpeaste, me invitaste a caer,
anclaste tus pies a mi cuerpo encadenado.

Te abrazaste fuertemente al ideal de la agonía,
cual sentenciada al castigo corporal.
No deseaste la libertad condicionada,
tu apego al castigo fue la fuente de mi deseo.

Entre gritos del dolor acariciado,
mi cuerpo echó leña a tu fuego.
No apagaré el umbral de tu venus,
permanecí en la casa de tu eros.


© José M. García Velázquez 2006

abril 14, 2006

Regreso del olvido


Espérame un momento a que regrese del olvido.
Recuerda que tu corazón me había negado.
Sumido mi cuerpo y el pensamiento afligido,
en un arranque de locura enajenado.

Espera..., pues quizás podrás pensar,
que fue lo mejor que ha sucedido.
La realidad insulsa que has tenido que soportar,
que en cualquier momento habría resurgido.

Te asombras de que conservo mi estima,
sabiendo que estaba abandonado.
Prepárate que tu hora se aproxima,
el tiempo no perdona, será despiadado.

Mírate en el espejo, pues será la última vez,
que tu rostro refleje la alegría de vivir
Contrario a la incertidumbre y palidez,
de saber que no voy a desistir.

Mi venganza cruzará los siete mares,
navegando en oleajes de amargura.
Mi herida emocional aun está incurable,
perderás ante mí la total compostura.

No pidas perdón, no te queda el personaje.
El escenario es la vida, el telón cerraré,
caminarás hacia un constante peregrinaje,
y aún enmendando tu pasado te repudiaré.

© José M. García Velásquez 2006


abril 08, 2006

Fuera de Servicio...


Mil disculpas a mis amigos y fieles lectores de este blog. Por causas ajenas a mi voluntad, estaré fuera del ambiente por un corto tiempo, la razón mi computadora dañó el disco duro. Así que estaré buscando precios para la adquisición de un nuevo disco duro. Mientras tanto gracias a todos ustedes por estar conmigo en los momentos difíciles. Volveré tan pronto sea posible, y gracias nuevamente.

abril 02, 2006

La duda


La duda me sorprendió al tocar a tu puerta,
me percaté en un instante de que algo sucedería.
quizás fue el abrazo de tu insistente oferta,
que en mi mente me has dejado falto de valía.

Me golpeó la duda de forma tan iracunda,
que no pude mover todos mis sentidos.
El impacto causado a mi alma profunda,
mi mente y mi cuerpo todos dormidos.

¿Porque la duda me ataca justamente ahora,
cuando más confiado me sentía a tu lado?
Me oprime de forma tan abrumadora,
que me deja tirado en el momento mas odiado.

No pretendas que te explique que sucedió,
para que ya no me sienta como antes.
Fue la duda la que a mi mente caló,
dejándome pensamientos aberrantes.

Esa duda que mató mis sentimientos,
fue la causa de nuestro constante enojo.
Nuestras pasiones en momentos turbulentos,
y nuestro amor se ha convertido en abrojo.

Disculpa si no entiendes lo que siento.
Es algo que aun no puedo comprender.
Desencajado por el inoportuno advenimiento,
de saber que ya no te deseo como mujer.

© José M. García Velázquez

marzo 30, 2006

El sendero de mi amor


Paso apresurado por el camino de tu amor,
con tus ojos de luz que alumbran mi sendero.
Tu pelo que entrelaza mi paso abrumador,
y tu alma silenciosa con mi vida la atempero.

¡Amada, que lindo día el que me brindas,
con tu sonrisa sublime, eterna y dulce,
con mi corazón como la más bella sucinda,
en los momentos íntimos, sagrados y agridulces!

Fue anoche cuando despertaste en un segundo,
porque mis manos a tu piel trajeron fuego.
Mis caricias marcaron tu cuerpo en lo profundo,
en un lugar momentáneo y veraniego.

Momento a momento sudamos con timidez,
con el movimiento que me hace enloquecer,
tu mano me guía hasta el umbral del placer,
mi deseo me priva de la razón esta vez.

© José M. García Velázquez 2006

marzo 25, 2006

Adiós Rocío...

Una noticia triste, la muerte de Rocío Durcal, luego de una larga enfermedad que le aquejaba.
Haciendo una pausa en este blog, y como homenaje la letra y música de una de las canciones más hermosas
de esta querida artista internacional.
AMOR ETERNO.

Tu eres la tristeza de mis ojos
Que lloran en silencio por tu amor
Me miro en el espejo y veo en mi rostro
El tiempo que he sufrido por tu adiós
Obligo a que te olvide el pensamiento
Pues siempre estoy pensando en el ayer
Prefiero estar dormida que despierta
De tanto que me duele que no estés
Como quisiera ayy que tu vivieras
Que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca y estar mirándolos
Amor eterno e inolvidable tarde o temprano
Estaré contigo para seguir amándonos
Yo he sufrido tanto por tu ausencia
Que desde ese día hasta hoy no soy feliz
Y aunque tengo tranquila mi conciencia
Se que pude haber yo hecho mas por ti
Obscura soledad estoy viviendo la misma soledad de tu sepulcro
Tu eres el amor del cual yo tengo el mas triste recuerdo de acapulco
Como quisiera ayy que tu vivieras
Que tus ojitos jamas se hubieran cerrados nunca y estar mirándolos
Amor eterno e inolvidable tarde o temprano
Estare contigo para seguir amándonos


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Luchando...


Me ahoga el llanto, me arrebata al abismo,
me duele el pensamiento, no sé por que la vida,
desgarrado dolor que llenas mis venas,
encadenado con la muerte sin fuerzas para librarme.
© José M. García Velázquez 2006


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marzo 24, 2006

La Dama de Negro



La dama de negro que visita mi alcoba,
busca arrebatarme en un suspiro la vida,
Cuan insensible es su mirada aterradora,
que deja mi alma en un instante adolorida.

Su entraña busca un lugar para mí,
dentro de un mundo oscuro y lejano.
Su acoso constante en un profundo frenesí,
me quiere sentenciar a un lugar profano.

Temo estar a merced de lo inevitable,
que insistentemente me coquetea.
Su presencia resulta ser abominable,
no puedo soportar esta ruin odisea.

Tendré que resignarme a aceptar la nefasta trova,
la mirada me sigue en actitud arrogante
la sonrisa se dibuja como algo aberrante
de la dama de negro que visita mi alcoba.

© José M. García Velázquez 2006

marzo 23, 2006

Espinas...


De espinas se ha vuelto mi vida,
por temores y tristezas profundas,
continuamente mi alma abatida,
se enfrenta a mi realidad infecunda.


La pérdida de mi existencia ante esta situación,
mis ojos los pierdo por traición del destino,
mis sentimientos se niegan a la absurda aceptación,
los tendré escondidos en un lugar clandestino.


Mi hijo sufre en absoluto anonimato,
no puedo abrazarlo, besarlo y ayudarlo,
me hierve la sangre en angustioso arrebato,
mi corazón se niega a dejar de amarlo.


¡Dios, ten misericordia de este pecador,
que pasa su vida en continuo servicio!
Aleja de mí el fantasma angustiador,
acepta mi ofrenda, mi vida en sacrificio.



© José M. García Velázquez 2006

Cara de Payaso

"Cual payaso paso los días,
esbozando una sonrisa en cada esquina.
Tristemente cuento mis pisadas,
viéndo como huérfano y abandonado,
he quedado sin la risa."

© José M. García Velázquez 2006

marzo 21, 2006

Solo tres minutos...


Te pido que me entregues tres minutos de tu vida,
tres instantes en los que puedas escuchar,
mi relato de nuestra verdad concebida,
y la que apenas decidiste abandonar.

El primero, guarda el momento de nuestro encuentro,
entre sol, arena y el mar nuestros cuerpos se fundieron.
La fuerza de las olas de nuestra pasión fue el epicentro,
los peces, los corales y la espuma nos sedujeron.

El segundo, testigo de nuestra unión en verano,
cuando nuestras manos se elevaron a la vez.
Nuestra imágene tallada por el buen artesano,
con el pasar del tiempo llegó a la madurez.

El tercero, ha sido el más intenso y grandioso.
El fruto de nuestro amor durante nueve meses,
llegó en un suspiro de vida tiernamente afectuoso,
bailando y floreciendo de festejos los cipreses.

Son solo tres minutos nada más, es suficiente,
los demás sin importarme es tiempo perdido.
Tu vida con la mía ha sido algo ambivalente
Mi corazón luego de tres minutos fue herido.


© José M. García Velázquez

marzo 19, 2006

La muerte y yo

Es la muerte que me acompaña cada día,
apoyándose en mi hombro sin importar porqué.
Mi cuerpo y mi carne llenos de melancolía,
sucumbirán ante el empuje, es el precio que pagaré.

Mis ojos no lloran, mi mirada se pierde,
mi angustia me mata, mi dolor me estremece.
No puedo continuar mis fuerzas me traicionan,
tirado en el charco de mi pasión que crece.

No tengo esperanza, el final pronto llegará.
Me escondo en mis pensamientos sin rumbo,
mirada hacia el cielo esperando el maná,
estoy obligado en mi camino a dar tumbos.

Eres muerte que me sacudes y engañas,
aquella que usurpa mi alma y mi lugar.
Me sacas fuertemente de mis entrañas,
cierras mis ojos dejando mi alma vagar.



© José M. García Velázquez 2006

marzo 18, 2006

Renuncia



Te presento mi renuncia a quererte cada día,
efectiva desde el momento en que no me amabas.
Fueron tus besos, promesas incumplidas de alegoría,
entorpeciendo mi vida, poniéndome trabas.

Recogeré de mi gaveta los recuerdos,
que acumulados testigos son de mi pasión.
Encajonados como todos nuestros desacuerdos,
fuiste convincente, te felicito por tu actuación.

¿Te sorprendes? Mi renuncia es irrevocable,
no importa las propuestas que me ofrezcas.
¿Es que piensas que las razones son apelables?
Sigue esperando por mi amor hasta que amanezca.

Ingenua, pensaste que triunfó el engaño,
pensaste que caería preso en tus redes.
Mi razón escaló lentamente los peldaños,
y mi renuncia la he clavado en tus paredes.



© José M. García Velázquez 2006

Mi espera

Esta noche estaré en espera de tus verdades,
sentado suavemente en el borde del abismo,
desesperado por saber si son ciertas tus bondades,
veo poco a poco mi vida convertida en un sismo.

Es esta noche en que me siento acongojado,
mi locura renace, mi pena se alarga.
Dentro de mi cuerpo atrapado, solo y ahogado,
mis pensamientos sucumben arrimados en la sarga.

No me dejes a solas con ella noche que me embriagas.
Cúbreme con tu manto de ébano en esta amarga situación.
Eres lo que ansió atenuante suspiro que vagas,
enjuíciame ante todos y ofréceme absolución.

Esta noche respiro levemente dormido en tinieblas,
cansado de esperar sin saber porqué no llegas,
Mirando hacia el cielo, cantando las deblas,
solo mi alma, mi noche y el silencio que me entregas.

© José M. García Velázquez 2006

marzo 08, 2006

A mi madre


Eres frágil como el hielo de invierno.
Tienes las manos como hilos de seda.
Tu cuerpo era como roble erguido,
y tu corazón ardiente de pasión.

Junto a ti recorrí días de alegría.
En tu sombra encontré alivio a mi tristeza.
Abrazas toda mi melancolía,
y besas de mis ojos la soledad.

Tu mirada constante me protegió.
Con tu olfato me libraste del peligro.
Con tu gusto me alimentaste,
y con tu tacto supiste cuando enfermaba.

Hoy tu cuerpo se agota cada día más.
cansada por las batallas pasadas y la que vendrá.
Tu mirada con tristeza observa los días,
angustiada por la suerte que tu hijo correrá.

Dios se encontraba a mi lado al nacer,
me dio un ángel que me guarda,
amiga, maestra, compañera de mi vida,
y por bendición me entregó a mi madre.

© José M. García Velázquez 2006

marzo 07, 2006

La tristeza de mi cielo




He visto al cielo derramar mil lágrimas de angustia,
verlo entristecido sollozar amargamente ante tu presencia,
sintiendo profundamente tu imagen adormecida y mustia,
no solo de saber que pronto perderá la noción de tu esencia.

Llora, llora cielo débil, patético y tembloroso,
no importa si sufres por no ver la realidad,
padeces de dolor ante el presente acoso,
no te levantes ahora ante la adversidad.

Permíteme que te ayude en tu agonía,
no puedes esperar más por la hora,
llora, llora ante la inminente travesía,
mi alma tristemente te adora.

Ahogado en llanto, perdido en la miseria,
tus lágrimas prontamente se acaban.
Atribulado en el camino te escondes en la histeria,
enlodado tu espíritu de sentimientos fallaba.

© José M. García Velázquez 2006

marzo 05, 2006

El infierno de mi silencio

Como entenderte silencio, apenas escucho las palabras.
No puedo encontrar la razón de no verte en la penumbra.
Navego en tus aguas tranquilas, desoladas y profundas
hacia un puerto temido y tenebroso.

Háblame fuertemente de todas tus fechorías.
Perturba mi desconsuelo arrinconado en la esquina.
Cruza completa mi desolación ahora y para siempre,
enrédame con tus mentiras hasta que calle tu voz.

Aguarda silencio cruel, no me castigues,
no ves que no puedo temerte.
Escapas de mi constantemente,
sin poder sanar todas mis heridas.

Vete de mi lado antes de que acabe,
la cruel y constante perturbación.
Vete de mi lado demonio infernal,
abandóname sin la esperanza de un respiro.

© José M. García Velázquez 2006

marzo 04, 2006

Eres el Mar

Mar que existes en las aguas de palabras,
surcando las olas de emociones,
nadando entre espuma y caracoles.

Eres el Mar que no agoniza,
la ilusión que nunca tienes.
Eres la sal de la vida.

No temas, tus aguas son profundas,
tus helechos permanentes,
tus letras como peces y corales.

Amiga Mar querida en ti me siente sereno,
Sin ti la vida no tiene consuelo,
Y tu mar se funde en el cielo.

© José M. García Velázquez 2006

Mirada nocturna


Anoche entré en la mirada de tu alma entristecida,
llorando desgarrada en la esquina de tu vida,
ahogada en llantos, acalorada por la envidia,
apegada a la herida de cuerpo que insidia.

Anoche creí que nuevamente te perdía.
Rozamos lujuriosos nuestros cuerpos presentes.
Tu yo celebramos en dulce agonía,
la llegada sublime del más hermoso deleite.

Nuevamente tu yo habremos de entregarnos,
uno a uno nuestras poses del amor,
entrelazados como nudos sin temor,
corazones hundidos en un mar de poder.

Anoche entré en tu mirada sin saber lo que esperaba.
Que sorpresa tan amada la que en ti encontré,
una dulce sensación en tu cuerpo caliente,
y una entrega total de nuestra pasión al ambiente.



© José M. García Velázquez 2006

Interrogante

¿Piensas que me había ido, aunque sigo a tu lado?
¿Oyes las pisadas de mi suspiro junto a tu boca?
¿Sientes el calor de mi esperanza entre tu pecho?
¿Sientes el dolor de perderme entre tus brazos?

¿Piensas que la noche se desparrama por la ventana?
¿Ves que la oscuridad pinta las paredes de tu alcoba?
¿Ves que el azul de mis ojos alumbra la noche?
¿Sientes que la llama de mi pasión te quema las entrañas?

¿Piensas que sin ti mi piel se gasta y que al fin moriría?
¿Crees que estoy en todo suspiro que sientes en tu cuello?
¿Crees que mis pasos se confunden con los tuyos en la distancia?
¿Crees que es mi amor el que a gritos te acompaña?

¿Piensas que pensando en mí me tendrías eternamente?
¿Amas al viento que susurra mi nombre?,
¿Amas a las golondrinas que acarician mi alma?
¡Mírame de frente, porque siempre estaré contigo!

© José M. García Velázquez 2006

marzo 03, 2006

La muerte de mi día

He visto como muere el día en un instante,
no sin antes suplicarle al carcelero oscuro.
Humillado de forma avergonzante,
agoniza encerrado como un perjuro.

He visto como la noche invade su alma apagada,
con su constante embate cotidiano.
Vacilante ante su muerte destrozada,
su final y realidad atemorizados ante el tirano.

Con la crueldad usual que le caracteriza,
pisotea su abrigo ajado por el tiempo.
No es la piel la que termina en cenizas,
es la ilusión la que termina en destiempo.

Ahora que no puedes seguir y revelarte,
no intentes forcejear con lo imposible.
Muere ante mí en un instante,

muere ante mi incorrompible.



© José M. García Velázquez 2006

febrero 27, 2006

Pasión adormecida


Adormecido en mi existencia,
sueño con una ilusión.
Amarrado estoy en la prisión,
enterrado profundo a tu pasión.

Junto a ti estoy sumergido,
aprisionado entre tu pecho,
logrando acceso a tus sentidos,
en el ambiente erótico de tu lecho.

Cuan frágil resulta tu herida.
Cuan húmeda siento tu alma.
Gozo entre pliegos de lujuria,
sudando gota a gota la vida.

Ante tan acalorada sesión,
tu y yo fundidos quedamos.
Corazón a corazón jadeamos,
boca a boca amarrados.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 26, 2006

Injusto destino


Cuan injusto eres destino, no me dejas tranquilo,
apenas comienzo el camino correcto,
me has dejado completamente en rehílo,
mi cuerpo se gasta, se siente provecto.

Me has engañado con tu juego,
has envenenado mi mente,
me veo en total desapego,
ante mí te encuentras presente.

Creí que eras sincero,
tan solo me llenaste de mentiras,
me enredaste porque eres zalamero,
me has quemado en la pira.

Hoy me veo entre lodo,
tristemente moribundo,
entre escombros beodo,
me oyes gemebundo.

Destino cruel e inusitado,
llegas a mi disfrazado de lisonjas,
me has encontrado fuertemente abayado,
a tu estola me amarraste con la lonja.

Déjame a solas con mi realidad,
no me tortures consistentemente,
te ensañas con toda atrocidad,

prométeme que serás benevolente.


© José M. García Velázquez 2006

febrero 25, 2006





"Free Mojtaba and Arash Day"

Madrugada dormida...

Madrugada dormida que amaneces al día,
levanta mi cuerpo en constante atonía
abre mis sentidos a la ilusión,
a una existencia llena de aflicción.

Despierta nuestros cuerpos al fulgor,
ráptanos del infame visitador.
devuélvenos la esperanza prometida,
no permitas que nuestra alma quede abatida.

Arranca nuestros cuerpos lejanos,
oye nuestros quejidos en el serano,
abraza nuestro sentimiento agudo,
rompe el instante bezudo.

Ampárame a tu lado madrugada querida,
no me dejes en mi alcoba anochecida
Hoy necesito como nunca de ti,
hoy necesito en un instante ser zahorí.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 23, 2006

Nunca me hallarás...

Te diré en donde encontrarme,
en que momento del día poder hablarme,
en donde podrás pasar sin observarme,
y en donde podrás pensar sin olvidarme.

Te diré en que camino encontrar,
la evidencia de mi presencia,
donde recorrer sin tropezar
con el aroma de mi esencia.

Te diré nuevamente a prisa,
donde iluminar tu mirada,
donde hallar el amor escondido,
entre hojas, sedas e hilo.

Te diré en que lugar remoto,
mi corazón se siente roto.
Te amaré esta noche en tu alcoba,
me tendrás latente en tu memoria.

Te diré en donde encontrarme, pero nunca me hallarás.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 21, 2006

Tengo catarro...

El jueves pasado comencé a trabajar en la mejor agencia que tiene el gobierno de Puerto Rico. No quiero especificar cual es, no quiero pensar que violo alguna cláusula de confidencialidad. Solo les puedo decir que hay reglamentos desde la A hasta la Z.

Me encuentro en adiestramiento hasta el 3 de marzo. He visto la eficiencia como nunca en una agencia de gobierno. Todo gira alrededor de TQM (no significa te quiero mucho) es Total Quality Management.

Me parece que estoy en una farmacéutica o una agencia de EU. Son bien estrictos inclusive hay normas de vestimenta, la cual hay que seguir estrictamente.

Lo único malo es que pasé un fin de semana largo enfermo, si aunque no lo crean catarro, fiebre, running nose, etc. Bien miserable, he tenido que viajar desde mi hogar hasta el área de la Milla de Oro. Aún así tengo que asistir no puedo darme el lujo de ausentarme en un periodo probatorio de un año. De la única manera que pudiese excusarme es que está grave, gravísimo.

Bueno gente tengo que concentrarme en lo que hago y muy importante cuidarme de que esta catarro no se transforme en una bronquitis y por consiguiente una pulmonía. Luego continuaré con mis poemas para el deleite de aquellos que quieran y me comenten o critiquen. Ya saben hay que llevar dos sacos: el de dar y el de recibir. Es la ley de la vida.

Suerte a todos y gracias por su lectura y apoyo.

febrero 19, 2006

Tanto amarte

Si después de tanto amarte, la soledad me invade.
Si después de que el alma enfila hacia la perfección,
el martirio recrudece en un mundo irregular.
¿Es que acaso el tiempo curará las heridas,
es que siempre la verdad quedará dormida?

Resulta que en el amor, nada es cierto.
Resulta que la incertidumbre acompaña la pasión.
Elevarse al cielo en un acto de reflexión,
reflejado en la distancia del amor.

Enredado entre sombras de algodón,
agotado hacia la cima seguiré.
Logrando la ilusión en mis sentidos,
en un cuarto olvidado y tenebroso.

Y si después de tanto amarte, sumergido en tinieblas,
adormecido en la última tempestad.
Si recuerdo el sonido del silencio,
alarmado mi corazón despertará.

Diremos al viento que lo nuestro fue sincero,
que el amor en su estado íntimo está.
Confesaremos al cielo poderoso,
que siempre nuestro romance es verdadero.

© José M. García Velázquez 2006

Voy a verte...

En mis días de locura, intensos como el mar,
hasta temblar de norte a sur,
hasta morder el polvo de la luna.

Caminando por el sendero luminoso,
con ladrillos de colores,
alargados con tus lágrimas.

Con la lluvia navegaré,
en una nave del olvido,
cruzando los mares apasionados.

¡Claro que sí! Te veré, sin importar cuando y donde,
enfrentando sombras de enigma y peligros,
que solo el amor podrá enfrentar.

Y verte sin temor, con adoración continua,
agarrado a la presencia de tu imagen,
sintiendo la paz que mi alma atesora.

© José M. García Velázquez 2006

El sol y yo

Miro al sol del día,
radiante en su inmensidad.

Es aquel que alumbra.
el camino de mi esperanza.

Siento que en mi cuerpo,
se encuentra presente.

Secando mi sangre,
cayendo ante su majestuosidad.

Mi alma sudorosa temblando se encuentra,
temblando sobre la tierra que añora.

Sudando tu imagen, sudando tu pasión,
secando mis lágrimas y mis deseos pasados.

Mi piel se agrieta,
mi mueca es una sonrisa.

Que sol tan intenso, esa luz que ciega,
las alargadas primaveras.

Dolor, llanto y agonía...
¡Ay, mi espíritu termina!

Sobre la cama vacía,
mi cuerpo se hundirá.



© José M. García Velázquez 2006

febrero 18, 2006

He de morir

Sé que he de morir algún día, me sentaré en la orilla,
escribiré mis remotos anhelos: sentir, soñar, pensar y amar.
Mi espíritu se confundirá con el cielo,
mi corazón se fundirá en el mar.


No debes llorar, porque es el camino de mi destino.
No debes sentir que la ilusión se apaga,
no debes cerrar los ojos a la realidad,
abre tu vida a la vida y encamínate en la soledad.


Antes de que el ocaso caiga sobre mi,
vendrá la risa y la tempestad.
Tendremos tiempo para dos,
tendremos tiempo para amar.


Se que he de morir algún día,
ese día que llegará,
entre la bruma de mis pensamientos,
entre el ocaso de mi humanidad.



© José M. García Velázquez 2006

febrero 17, 2006

Te busco...

Te busco mi amor, aunque sé que no llegas,
te busco mi amor, amada que me encierras.
dentro de tu pasión que me niegas,
la ilusión que grita de dolor.

La tormenta que azota mi espíritu,
me golpea sin cesar y piedad,
mi piel aflora en tus sentidos,
marcando el camino de la soledad.

Me encuentro erguido sin saber como,
quizás mi sueños logran escapar,
hacia el dulce dolor de tu partida,
hacia la triste realidad de que tu no estás.

Eleva amada mi alma, llévala hasta tus sentimientos,
mira que sin ti no vivo, mira que sin ti me muero,
te busco amor y no te encuentro,
entre las ruinas de los cimientos.


© José M. García Velázquez 2006

Verte

Así quería verte, sencillamente.
Yo voy adelante y tú te mantienes dormida,
como la lluvia cae lentamente,
te entregas y yo solo en tu mente.

Así quería verte, según pasan lo años,
como aquella dulce mañana,
en que tu rostro como fuente que emana,
y mi vida que se arrastra en la cañada.

Así quería verte y quizás no hablarte nunca,
pasar desapercibido, ausente,
para que comprendas hoy y ahora,
que mi realidad es desafiarte,
sin importar cuanto deseo amarte.


© José M. García Velázquez 2006

Amada

Amada que en silencio te encuentras,
jamás salió una palabra de tus labios,
solo el sonido insinuante, junto a tu pecho,
solo el gemido ardiente de tu pasión.

Amada que te encuentras en tu encierro,
te resignas a la distancia,
enclaustrada en las entrañas,
de la cruel y tormentosa realidad.

Amada, así es que te amo,
sin esperanzas, sin consuelo,
sin tu aroma que despierta en mi,
el deseo de tenerte.

Amada, arrebatas en mi la vida,
arrancas la piel destruida,
de mis sueños y mi alma,
amada, amándote estoy siempre.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 14, 2006

Eres tú

Eres tú la soledad
que acompaña mis sentidos,
ardiente emoción latente,
en mi corazón herido.

Eres símbolo de pasión,
de poder y de belleza,
destacando tu grandeza,
en lo profundo de mi ser.

Es que acaso verás el camino,
inmenso de la vereda,
en que Dios te dió la dicha,
de sentirme en tus riberas.

Eres sueño verdadero,
simplemente hecho mujer,
luchando y apoyando,
nuestro amor sincero.

© José M. García Velázquez 2006

La Huella...

Pasar por la vida sin dejar huellas,
no es haber vivido, no haber vivido sin sentir,
que te quieren, que quieres, que amas, que deseas,
ascender hasta la cima del deseo,
para luego caer profundo en la desolación.

Existes por que amas,
amar, amando, amada,
amas la pasión del amor desquiciado.

Todos, algunos, unos cuantos,
caminando sobre la superficie de sentimiento,
olvidando la razón de nuestro existir.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 13, 2006

Cualquier lugar...

En cualquier lugar,
desde cualquier punto,
tu risa iluminada
que alegra mi espíritu
en mi noche apagada.

Es mi candor prisionero,
encadenado a tu alma,
eres miel que embriaga,
mi triste nostalgia.

La lluvia danza al
son de tus caderas,
inmersa en las tinieblas,
dormida en la ribera.

En cualquier lugar,
desde cualquier esquina,
es tu risa la rima,
tu mirada vencida,
entre helechos escondida.

Que tus brazos me arropen,
arrastrando mi quebranto,
es mi vida llena de llanto,
la ilusión que no termina.

En cualquier lugar,
añoranza perdida,
cruel espina que sangra,
en esta terrible herida.

En cualquier lugar,
te encuentras lejana,
alma perdida, querida amada,
sin ti no podré lograr,

el placer que culmina.



© José M. García Velázquez 2006

Mi adiós...

Mi adiós..., esta será la última ocasión,
son mis ojos los que no podrán verte.
Aún así te hablaré con el alma,
te extrañaré...siempre...aún en la distancia.
Claro, te extrañaré en la ilusión,
Aquella inmensidad de sentirte,
jamás soñaría en negarlo.
Tus labios como flor en el aire se mueven,
Y son aquellos mis sentidos los que me hieren.

Mi adiós...disculpa que me despida,
quizás no es el momento para tu pasión,
quizás no es el momento para mi partida,
mi más hermoso sueño muere en agonía.
Te extrañaré en mis palabras, en mis locuras,
creo que me amabas, creo que te amaba,
enterraré mi pasado, olvidaré mi presente,
soñare con mi futuro.

Mi adiós...me iré a otro lado,
desangraré por los ojos,
se secará mi alma.
No soy un cobarde que me despido,
no esconderé mi presencia en la distancia,
me presentaré en el vació, quebraré el hastío,
con la llenura de tu esencia.

Adiós querida, adiós amada mía...

Es solo un adiós, quizás una despedida,
agradecido estoy de tu presencia en mi,
Triste, soledad, vacío, realidad, fantasía,
Te extrañaré, en silencio fugaz.

Mi adiós, tu adiós, nuestro adiós...



© José M. García Velázquez 2006

febrero 12, 2006

Hoy no puedo tenerte

Hoy no puedo tenerte,
y si pudiera,
mis noches se alumbrarían.

Si tu amor fuese mío,
el roce de tus sueños,
me acercaría.

Hoy no puedo tenerte,
mi sed por amarte,
no me deja pensar.

Si tu amor fuese mío,
entre risas y llanto,
mi corazón renacería.

Hoy no puedo tenerte,
mi llanto me ahoga,
mi esperanza no implora.

Y aunque te tuviese,
me sentiría desfallecido,
rogaría ante tu cielo.

Hinchado de emoción,
sabría que fuiste mía,
en un mundo de ilusión.

Pero hoy no puedo tenerte...



© José M. García Velázquez 2006

febrero 11, 2006

Peligro

Arrancar este dolor,
esta angustia que me mata,
no quisiera olvidarme
de tu amor y tu pasión.

Hace mucho me perdí,
entre sombras y laberintos,
no he podido encontrar,
la salida de mi encierro.

Cuanto añoro tu presencia,
alegría entristecida,
mis deseos de vivir,
tu existencia querida.

Arrancar este dolor
es tarea casi imposible,
sin ti la claridad no vive,
sin ti no existe color.

Seguiré aunque me mate,
con el dolor que me persigue,
morirá mi corazón aunque late,
morirá porque no vive.


© José M. García Velázquez 2006

Nuevamente

Nuevamente entre tus brazos,
amada soledad que me acompañas,
entre susurros me acurrucas
entre caricias me desquicias.

Nuevamente, otra vez,
he tratado de olvidarte,
no he podido apartarte
de mi mente tu desnudez.

Nuevamente, nuevamente
encerrado en tu memoria,
gritaré, lloraré
prisionero en mi mente.

Nuevamente carcelera, aqui y ahora
mis despojos son encadenados,
mi pasión descarnizada,
es mi alma quien te implora.

Nuevamente agonizo,
nuevamente me muero,
no me dejes te lo ruego,
líbrame de este hechizo.


© José M. García Velázquez 2006

A solas

Solo la tristeza, solo tu pasión,

de nuevo fue el vacío,

tus ojos con ganas de gritar.

Se transforma mi vida,

en pedazos sin acabar,

la brisa nocturna nos acaricia

¿sabremos acaso porqué será?



© José M. García Velázquez 2006

Mis lágrimas por ti...

Las lágrimas brotaban de mis ojos
al despedirme de ti,
cuando pasé por tu vida
escribí mi historia en la intimidad.

Fue en secreto que mi letra escondí.
No pudiste y no puedes leer
lo que dicen mis ojos, lo que grita mi piel.

Te crees que son sueños, ilusiones
o un simple espejismo,
que pronto desaparecerá ante tu mirada.

Yo continuaré diciendo adiós, ya no estará jamás.
Tu tendrás amor, pasión, deseo,
yo solo tendré mi soledad.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 10, 2006

Juguemos ...

Juguemos el amor,
que había guardado
en el sótano
de mis recuerdos.

Con tu ardiente beso
la serpiente dormida
abrirá el surco
de la tierra virgen.

Saldrán minúsculos duendecillos
que traviesos trotaran y trotaran
a encontrarse con su destino
y enlazarán tu alma y la mía.

Juguemos a que nos amamos,
sin importar el que dirán.
Juguemos nuevamente,
juguemos sin parar.


© José M. García Velázquez 2006

Hoy vengo a ti

Hoy vengo a ti,
para acariciarte en la penumbra.
Permite que descanse mis labios en tu intimidad.

Temblarás, palidecerás y gemirás,
ante la inmensidad de mi hombría.
Tu inocencia acabará sorprendida,
y llenaré tu alma dormida.


Haremos del reflejo de nuestros cuerpos,
un santuario erótico y de pasión.
Jugaremos entre montañas blancas,
sin cesar, sin descansar.

Hoy vengo a ti
para adentrarme en tus caminos,
descubriendo pasajes imposibles,
de describir.

Recorreré cada secreto con suavidad,
me posaré en tu delicia,
cada pulgada de mi secreto,

confirmará nuestro pacto.

Cerraré y abriré con mi llave,
tu candado una y otra vez.
Al terminar nuestra aventura,
las puertas de tu feminidad jamás cerraran.

Hoy vengo a ti,
para decirte en silencio,
que tomaste de mi nectar,

y no podemos olvidar.



© José M. García Velázquez 2006

Tienes

Tienes algo que no logro descubrir.
No hay secretos escondidos,
y no limita mi deseo,
el saber que ya no estás.

Te encuentras y te pierdes,
caminando con los vientos de mi esperanza.
Son los sueños temporeros,
que emborrachan mi soledad.

No hay caminos sin recorrer,
que ante tu inmensa presencia,
impida que tu esencia,
me embriague de placer.

Tienes tú la llama, la fuerza,
que mi boca probará.
Te enredaste en la salida,
buscaste la inmensidad.

No renuncies, no me niegues,
júrame que volverás.
Ese algo que no entiendo,
que sorpresa me tendrás.

Amor mío, mío de mí,
que me tienes, que me escondes.
El camino que recorro,
a tus pies me llevará.

Te juro que no tienes que huir.
Quiero descifrar tus anhelos.
No pretendo jugar con fuego,
pero tienes algo que no logro descubrir.


© José M. García Velázquez 2006

Mi Castigo


La noche vestida está de luto.
¿En donde me encontraba que no escuchabas?,
Buscaste a la cobardía fría y desolada,
en las sabanas tristes y mojadas.

La línea de tu busto se encuentra alterada,
dibujada en la sombra de tu almohada,
¿Porque estoy temblando de celos,
es que acaso no soy tu dueño?

Que misterio esta ilusión encantada.
Que condena, que tristeza,
era este amor que sin palabras,
anidaba en la mente de aquel que no esperaba.

Mi condena y mi castigo,
vendrá de mi ignorancia.
Vestida está de luto

mi amiga, mi amada.



© José M. García Velázquez 2006

Pedazos muertos

Ahora que comienzo,
mi vida alargaré.

viviré el amor desencajado:
adiós, pequeños,
adiós, amores,
adiós, pedazos de mil corazones.

Soy espacio en la penumbra,
Soy un mar de razones.

Ya no siento, ya no imploro.

Mi locura ha vuelto,
desfallezco
me siento muerto.

© José M. García Velázquez 2006

Añoranza

Tengo tu alma en la noche
alumbrada.

Las olas del mar que dibujan
tu sonrisa.

La niñez que viene a mi memoria,
marca la pauta de mi senda.

Como recordar mi añoranza escondida,
en el árbol, en la quebrada,
en tu ojos y en tu risa.

Cuan fútil resultaría,
soportarlo no podría.

Sobrevives incesante,
al embate de mis deseos,
uno a uno, muy de cerca

¿imposible?...no lo creo.


© José M. García Velázquez 2006

Quimera

Busco enfrentar la realidad,

Convalidar mi ser perdido,

Soñar,

Girar el cristal en que vivo
buscando el bienestar en la maldad,

Y vuelvo a buscar,

Hasta nunca acabar,

El olvido aquel del abismo
fatal de mi humilde quimera.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 09, 2006

Dilema

Me fui, me voy, me iré.

Gritaré a todos como quiera,
que si la vida fuese sincera,
adelante seguiré

Fue un dolor oscuro,
ni un minuto, ni un suspiro,
entre sueños viviré.

Cobijado mi pensamiento,
el mundo arropa mi sed,
tu me robas mi alma,
y yo en ti resucitaré.

Porque quiero que seas,
porque deseo ser,
porque mi vida termina,
porque en ti moriré.


© José M. García Velázquez 2006

Tormento

Me voy, triste
sin saber porque sufrí
Mi mundo no me quiso
¿por qué será así?

Un recuerdo solo me atormenta
recordar porqué viví...
la vida me pregunta
donde me llevó el sentimiento

Hoy, no aguanto más
mis ojos no miran
finalicé mi trayectoria
incesante, confundida y sufrida.

© José M. García Velázquez 2006

Como las gotas...

Hoy está lloviendo...

Las gotas bailan,
al son de la brisa,
tu faz como diamante,
marca mi alma...

Por un adiós sin razón,
como sombras sufrimos,
fluye en mi torrentes,
de ilusiones perdidas...

Ese final que comienza,
esa ilusión que termina,
promesas que no se cumplen,
al filo de la vida...

¿Fue amor, olvido?
fue la lluvia testigo,
el silencio fue cómplice,
sin ti ya no vivo...

Recordaremos la lluvia,
en la ventana de mi alma,
borrando tristezas,
lavando la polvareda en calma...

Cuando vuelva a llover,
quizás en un momento,
podré recordarte,
e infinitamente amarte...


© José M. García Velázquez 2006

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