Cuan injusto eres destino, no me dejas tranquilo,
apenas comienzo el camino correcto,
me has dejado completamente en rehílo,
mi cuerpo se gasta, se siente provecto.
has envenenado mi mente,
me veo en total desapego,
ante mí te encuentras presente.
tan solo me llenaste de mentiras,
me enredaste porque eres zalamero,
me has quemado en la pira.
tristemente moribundo,
entre escombros beodo,
me oyes gemebundo.
llegas a mi disfrazado de lisonjas,
me has encontrado fuertemente abayado,
a tu estola me amarraste con la lonja.
no me tortures consistentemente,
te ensañas con toda atrocidad,
prométeme que serás benevolente.
© José M. García Velázquez 2006
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