En mis días de locura, intensos como el mar,
hasta temblar de norte a sur,
hasta morder el polvo de la luna.
Caminando por el sendero luminoso,
con ladrillos de colores,
alargados con tus lágrimas.
Con la lluvia navegaré,
en una nave del olvido,
cruzando los mares apasionados.
¡Claro que sí! Te veré, sin importar cuando y donde,
enfrentando sombras de enigma y peligros,
que solo el amor podrá enfrentar.
Y verte sin temor, con adoración continua,
agarrado a la presencia de tu imagen,
sintiendo la paz que mi alma atesora.
© José M. García Velázquez 2006
hasta temblar de norte a sur,
hasta morder el polvo de la luna.
Caminando por el sendero luminoso,
con ladrillos de colores,
alargados con tus lágrimas.
Con la lluvia navegaré,
en una nave del olvido,
cruzando los mares apasionados.
¡Claro que sí! Te veré, sin importar cuando y donde,
enfrentando sombras de enigma y peligros,
que solo el amor podrá enfrentar.
Y verte sin temor, con adoración continua,
agarrado a la presencia de tu imagen,
sintiendo la paz que mi alma atesora.
© José M. García Velázquez 2006
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