mayo 18, 2006

La pasión que despertaste en mí




Has despertado en mi la pasión cual ninfa dormida,
justo ahora que tengo la necesidad de escuchar tus sonidos.
Me sobresalta la idea de tenerte en un instante comprometida,
y quedarme arrinconado a tu piel que cubre mis sentidos.

Fueron tus besos que se asomaban a la orilla de mis labios,
en una travesura constante y seductora que abrazada se entrega.
Tu partida me duele, desesperadamente dejándome el resabio,
ocupando en mi mente la constante refriega.

Fueron muchas las noches en que me entregaba al placer,
de tenerte fundida en los recuerdos que logran aprisionar,
el éxtasis sudoroso de mi cuerpo sediento que quiere enloquecer,
acariciando para siempre la idea de tu amor atesorar.

Ahora que probé de tus labios y que busqué de tus secretos,
cual dulce savia que emana de tus palabras brillando las perlas de tu boca,
Quiero sembrarme en tu cuerpo y descubrir el origen completo,
de la pasión que lentamente hace que disfrutemos el instante que provoca.

Dime que deseas amarme y que no esperas ni un instante más,
deja que te hunda en las aguas turbulentas del deseo,
amarrados en un nudo corporal danzando eternamente en compás,
nuestras miradas constantes continuarán en desenfreno.

Con mi boca buscaré cada rincón de tu alma estimulada,
susurraré mil lisonjas cubiertas de picardía en tus oídos,
me escurriré en tu cuello y buscaré en tus pechos la erección anhelada,
y probaré con mi lengua los botones de tus pétalos prendidos.

Descansaré en la planicie de tu abdomen dorado
y el camino que me espera no se acaba en un instante,
apenas ha comenzado mi travesía acostado,
y encontrar en la distancia la fuente de mi deseo alucinante.

Bajaré por la delicadeza de tu monte abultado
acariciando con mis manos tu fortaleza dormida.
Con dos manos abriré la entrada a tu delirio abestiado,
y posaré el ambiente encendido de mi feroz acometida.

Con fuerzas aceptarás la invitación a buscarme entre caricias,
me arroparás con la humedad que en mi destilas,
apretaré con mi fuego tu brasa que domina mi delicia,
probaré lentamente el sumo de tu cueva como zábilas.

Sé mía para siempre, no mantengas el titubeo,
No me niegues tus caricias, no me dejes en agonía,
te besaré, te abrazaré hasta el final de mis días
tuyos son mi alma, mi amor, mi cuerpo y mi deseo.


© José M. García Velázquez 2006

7 comentarios:

Noa- dijo...

Dulce entrega la tuya para la pasión desmedida que desbordó en ti.

Saludos

LaRomané dijo...

Esto es romanticismo puro y neto.

Saludos enamorados
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LaRomané

Mar dijo...

¡ Que belleza! Sensibilidad y pasión absoluta, desvistes el alma.

Saludos JM

Goddess dijo...

HERMOSOS VESOS EROTICOS SIN RAYAR EN LA VULGARIDAD. INTENSO Y DELICADO A LA VEZ,UN SALUDO...

Mar dijo...

JM ! se le extraña.

Coralya dijo...

Que bello, nacido del alma y de un corazón enamorado. Hermoso, muy hermoso.
Cariños,

Coralya

Enigmática dijo...

Estaré esperando tus letras y mis labios te pronunciarán...

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