febrero 27, 2006

Pasión adormecida


Adormecido en mi existencia,
sueño con una ilusión.
Amarrado estoy en la prisión,
enterrado profundo a tu pasión.

Junto a ti estoy sumergido,
aprisionado entre tu pecho,
logrando acceso a tus sentidos,
en el ambiente erótico de tu lecho.

Cuan frágil resulta tu herida.
Cuan húmeda siento tu alma.
Gozo entre pliegos de lujuria,
sudando gota a gota la vida.

Ante tan acalorada sesión,
tu y yo fundidos quedamos.
Corazón a corazón jadeamos,
boca a boca amarrados.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 26, 2006

Injusto destino


Cuan injusto eres destino, no me dejas tranquilo,
apenas comienzo el camino correcto,
me has dejado completamente en rehílo,
mi cuerpo se gasta, se siente provecto.

Me has engañado con tu juego,
has envenenado mi mente,
me veo en total desapego,
ante mí te encuentras presente.

Creí que eras sincero,
tan solo me llenaste de mentiras,
me enredaste porque eres zalamero,
me has quemado en la pira.

Hoy me veo entre lodo,
tristemente moribundo,
entre escombros beodo,
me oyes gemebundo.

Destino cruel e inusitado,
llegas a mi disfrazado de lisonjas,
me has encontrado fuertemente abayado,
a tu estola me amarraste con la lonja.

Déjame a solas con mi realidad,
no me tortures consistentemente,
te ensañas con toda atrocidad,

prométeme que serás benevolente.


© José M. García Velázquez 2006

febrero 25, 2006





"Free Mojtaba and Arash Day"

Madrugada dormida...

Madrugada dormida que amaneces al día,
levanta mi cuerpo en constante atonía
abre mis sentidos a la ilusión,
a una existencia llena de aflicción.

Despierta nuestros cuerpos al fulgor,
ráptanos del infame visitador.
devuélvenos la esperanza prometida,
no permitas que nuestra alma quede abatida.

Arranca nuestros cuerpos lejanos,
oye nuestros quejidos en el serano,
abraza nuestro sentimiento agudo,
rompe el instante bezudo.

Ampárame a tu lado madrugada querida,
no me dejes en mi alcoba anochecida
Hoy necesito como nunca de ti,
hoy necesito en un instante ser zahorí.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 23, 2006

Nunca me hallarás...

Te diré en donde encontrarme,
en que momento del día poder hablarme,
en donde podrás pasar sin observarme,
y en donde podrás pensar sin olvidarme.

Te diré en que camino encontrar,
la evidencia de mi presencia,
donde recorrer sin tropezar
con el aroma de mi esencia.

Te diré nuevamente a prisa,
donde iluminar tu mirada,
donde hallar el amor escondido,
entre hojas, sedas e hilo.

Te diré en que lugar remoto,
mi corazón se siente roto.
Te amaré esta noche en tu alcoba,
me tendrás latente en tu memoria.

Te diré en donde encontrarme, pero nunca me hallarás.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 21, 2006

Tengo catarro...

El jueves pasado comencé a trabajar en la mejor agencia que tiene el gobierno de Puerto Rico. No quiero especificar cual es, no quiero pensar que violo alguna cláusula de confidencialidad. Solo les puedo decir que hay reglamentos desde la A hasta la Z.

Me encuentro en adiestramiento hasta el 3 de marzo. He visto la eficiencia como nunca en una agencia de gobierno. Todo gira alrededor de TQM (no significa te quiero mucho) es Total Quality Management.

Me parece que estoy en una farmacéutica o una agencia de EU. Son bien estrictos inclusive hay normas de vestimenta, la cual hay que seguir estrictamente.

Lo único malo es que pasé un fin de semana largo enfermo, si aunque no lo crean catarro, fiebre, running nose, etc. Bien miserable, he tenido que viajar desde mi hogar hasta el área de la Milla de Oro. Aún así tengo que asistir no puedo darme el lujo de ausentarme en un periodo probatorio de un año. De la única manera que pudiese excusarme es que está grave, gravísimo.

Bueno gente tengo que concentrarme en lo que hago y muy importante cuidarme de que esta catarro no se transforme en una bronquitis y por consiguiente una pulmonía. Luego continuaré con mis poemas para el deleite de aquellos que quieran y me comenten o critiquen. Ya saben hay que llevar dos sacos: el de dar y el de recibir. Es la ley de la vida.

Suerte a todos y gracias por su lectura y apoyo.

febrero 19, 2006

Tanto amarte

Si después de tanto amarte, la soledad me invade.
Si después de que el alma enfila hacia la perfección,
el martirio recrudece en un mundo irregular.
¿Es que acaso el tiempo curará las heridas,
es que siempre la verdad quedará dormida?

Resulta que en el amor, nada es cierto.
Resulta que la incertidumbre acompaña la pasión.
Elevarse al cielo en un acto de reflexión,
reflejado en la distancia del amor.

Enredado entre sombras de algodón,
agotado hacia la cima seguiré.
Logrando la ilusión en mis sentidos,
en un cuarto olvidado y tenebroso.

Y si después de tanto amarte, sumergido en tinieblas,
adormecido en la última tempestad.
Si recuerdo el sonido del silencio,
alarmado mi corazón despertará.

Diremos al viento que lo nuestro fue sincero,
que el amor en su estado íntimo está.
Confesaremos al cielo poderoso,
que siempre nuestro romance es verdadero.

© José M. García Velázquez 2006

Voy a verte...

En mis días de locura, intensos como el mar,
hasta temblar de norte a sur,
hasta morder el polvo de la luna.

Caminando por el sendero luminoso,
con ladrillos de colores,
alargados con tus lágrimas.

Con la lluvia navegaré,
en una nave del olvido,
cruzando los mares apasionados.

¡Claro que sí! Te veré, sin importar cuando y donde,
enfrentando sombras de enigma y peligros,
que solo el amor podrá enfrentar.

Y verte sin temor, con adoración continua,
agarrado a la presencia de tu imagen,
sintiendo la paz que mi alma atesora.

© José M. García Velázquez 2006

El sol y yo

Miro al sol del día,
radiante en su inmensidad.

Es aquel que alumbra.
el camino de mi esperanza.

Siento que en mi cuerpo,
se encuentra presente.

Secando mi sangre,
cayendo ante su majestuosidad.

Mi alma sudorosa temblando se encuentra,
temblando sobre la tierra que añora.

Sudando tu imagen, sudando tu pasión,
secando mis lágrimas y mis deseos pasados.

Mi piel se agrieta,
mi mueca es una sonrisa.

Que sol tan intenso, esa luz que ciega,
las alargadas primaveras.

Dolor, llanto y agonía...
¡Ay, mi espíritu termina!

Sobre la cama vacía,
mi cuerpo se hundirá.



© José M. García Velázquez 2006

febrero 18, 2006

He de morir

Sé que he de morir algún día, me sentaré en la orilla,
escribiré mis remotos anhelos: sentir, soñar, pensar y amar.
Mi espíritu se confundirá con el cielo,
mi corazón se fundirá en el mar.


No debes llorar, porque es el camino de mi destino.
No debes sentir que la ilusión se apaga,
no debes cerrar los ojos a la realidad,
abre tu vida a la vida y encamínate en la soledad.


Antes de que el ocaso caiga sobre mi,
vendrá la risa y la tempestad.
Tendremos tiempo para dos,
tendremos tiempo para amar.


Se que he de morir algún día,
ese día que llegará,
entre la bruma de mis pensamientos,
entre el ocaso de mi humanidad.



© José M. García Velázquez 2006

febrero 17, 2006

Te busco...

Te busco mi amor, aunque sé que no llegas,
te busco mi amor, amada que me encierras.
dentro de tu pasión que me niegas,
la ilusión que grita de dolor.

La tormenta que azota mi espíritu,
me golpea sin cesar y piedad,
mi piel aflora en tus sentidos,
marcando el camino de la soledad.

Me encuentro erguido sin saber como,
quizás mi sueños logran escapar,
hacia el dulce dolor de tu partida,
hacia la triste realidad de que tu no estás.

Eleva amada mi alma, llévala hasta tus sentimientos,
mira que sin ti no vivo, mira que sin ti me muero,
te busco amor y no te encuentro,
entre las ruinas de los cimientos.


© José M. García Velázquez 2006

Verte

Así quería verte, sencillamente.
Yo voy adelante y tú te mantienes dormida,
como la lluvia cae lentamente,
te entregas y yo solo en tu mente.

Así quería verte, según pasan lo años,
como aquella dulce mañana,
en que tu rostro como fuente que emana,
y mi vida que se arrastra en la cañada.

Así quería verte y quizás no hablarte nunca,
pasar desapercibido, ausente,
para que comprendas hoy y ahora,
que mi realidad es desafiarte,
sin importar cuanto deseo amarte.


© José M. García Velázquez 2006

Amada

Amada que en silencio te encuentras,
jamás salió una palabra de tus labios,
solo el sonido insinuante, junto a tu pecho,
solo el gemido ardiente de tu pasión.

Amada que te encuentras en tu encierro,
te resignas a la distancia,
enclaustrada en las entrañas,
de la cruel y tormentosa realidad.

Amada, así es que te amo,
sin esperanzas, sin consuelo,
sin tu aroma que despierta en mi,
el deseo de tenerte.

Amada, arrebatas en mi la vida,
arrancas la piel destruida,
de mis sueños y mi alma,
amada, amándote estoy siempre.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 14, 2006

Eres tú

Eres tú la soledad
que acompaña mis sentidos,
ardiente emoción latente,
en mi corazón herido.

Eres símbolo de pasión,
de poder y de belleza,
destacando tu grandeza,
en lo profundo de mi ser.

Es que acaso verás el camino,
inmenso de la vereda,
en que Dios te dió la dicha,
de sentirme en tus riberas.

Eres sueño verdadero,
simplemente hecho mujer,
luchando y apoyando,
nuestro amor sincero.

© José M. García Velázquez 2006

La Huella...

Pasar por la vida sin dejar huellas,
no es haber vivido, no haber vivido sin sentir,
que te quieren, que quieres, que amas, que deseas,
ascender hasta la cima del deseo,
para luego caer profundo en la desolación.

Existes por que amas,
amar, amando, amada,
amas la pasión del amor desquiciado.

Todos, algunos, unos cuantos,
caminando sobre la superficie de sentimiento,
olvidando la razón de nuestro existir.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 13, 2006

Cualquier lugar...

En cualquier lugar,
desde cualquier punto,
tu risa iluminada
que alegra mi espíritu
en mi noche apagada.

Es mi candor prisionero,
encadenado a tu alma,
eres miel que embriaga,
mi triste nostalgia.

La lluvia danza al
son de tus caderas,
inmersa en las tinieblas,
dormida en la ribera.

En cualquier lugar,
desde cualquier esquina,
es tu risa la rima,
tu mirada vencida,
entre helechos escondida.

Que tus brazos me arropen,
arrastrando mi quebranto,
es mi vida llena de llanto,
la ilusión que no termina.

En cualquier lugar,
añoranza perdida,
cruel espina que sangra,
en esta terrible herida.

En cualquier lugar,
te encuentras lejana,
alma perdida, querida amada,
sin ti no podré lograr,

el placer que culmina.



© José M. García Velázquez 2006

Mi adiós...

Mi adiós..., esta será la última ocasión,
son mis ojos los que no podrán verte.
Aún así te hablaré con el alma,
te extrañaré...siempre...aún en la distancia.
Claro, te extrañaré en la ilusión,
Aquella inmensidad de sentirte,
jamás soñaría en negarlo.
Tus labios como flor en el aire se mueven,
Y son aquellos mis sentidos los que me hieren.

Mi adiós...disculpa que me despida,
quizás no es el momento para tu pasión,
quizás no es el momento para mi partida,
mi más hermoso sueño muere en agonía.
Te extrañaré en mis palabras, en mis locuras,
creo que me amabas, creo que te amaba,
enterraré mi pasado, olvidaré mi presente,
soñare con mi futuro.

Mi adiós...me iré a otro lado,
desangraré por los ojos,
se secará mi alma.
No soy un cobarde que me despido,
no esconderé mi presencia en la distancia,
me presentaré en el vació, quebraré el hastío,
con la llenura de tu esencia.

Adiós querida, adiós amada mía...

Es solo un adiós, quizás una despedida,
agradecido estoy de tu presencia en mi,
Triste, soledad, vacío, realidad, fantasía,
Te extrañaré, en silencio fugaz.

Mi adiós, tu adiós, nuestro adiós...



© José M. García Velázquez 2006

febrero 12, 2006

Hoy no puedo tenerte

Hoy no puedo tenerte,
y si pudiera,
mis noches se alumbrarían.

Si tu amor fuese mío,
el roce de tus sueños,
me acercaría.

Hoy no puedo tenerte,
mi sed por amarte,
no me deja pensar.

Si tu amor fuese mío,
entre risas y llanto,
mi corazón renacería.

Hoy no puedo tenerte,
mi llanto me ahoga,
mi esperanza no implora.

Y aunque te tuviese,
me sentiría desfallecido,
rogaría ante tu cielo.

Hinchado de emoción,
sabría que fuiste mía,
en un mundo de ilusión.

Pero hoy no puedo tenerte...



© José M. García Velázquez 2006

febrero 11, 2006

Peligro

Arrancar este dolor,
esta angustia que me mata,
no quisiera olvidarme
de tu amor y tu pasión.

Hace mucho me perdí,
entre sombras y laberintos,
no he podido encontrar,
la salida de mi encierro.

Cuanto añoro tu presencia,
alegría entristecida,
mis deseos de vivir,
tu existencia querida.

Arrancar este dolor
es tarea casi imposible,
sin ti la claridad no vive,
sin ti no existe color.

Seguiré aunque me mate,
con el dolor que me persigue,
morirá mi corazón aunque late,
morirá porque no vive.


© José M. García Velázquez 2006

Nuevamente

Nuevamente entre tus brazos,
amada soledad que me acompañas,
entre susurros me acurrucas
entre caricias me desquicias.

Nuevamente, otra vez,
he tratado de olvidarte,
no he podido apartarte
de mi mente tu desnudez.

Nuevamente, nuevamente
encerrado en tu memoria,
gritaré, lloraré
prisionero en mi mente.

Nuevamente carcelera, aqui y ahora
mis despojos son encadenados,
mi pasión descarnizada,
es mi alma quien te implora.

Nuevamente agonizo,
nuevamente me muero,
no me dejes te lo ruego,
líbrame de este hechizo.


© José M. García Velázquez 2006

A solas

Solo la tristeza, solo tu pasión,

de nuevo fue el vacío,

tus ojos con ganas de gritar.

Se transforma mi vida,

en pedazos sin acabar,

la brisa nocturna nos acaricia

¿sabremos acaso porqué será?



© José M. García Velázquez 2006

Mis lágrimas por ti...

Las lágrimas brotaban de mis ojos
al despedirme de ti,
cuando pasé por tu vida
escribí mi historia en la intimidad.

Fue en secreto que mi letra escondí.
No pudiste y no puedes leer
lo que dicen mis ojos, lo que grita mi piel.

Te crees que son sueños, ilusiones
o un simple espejismo,
que pronto desaparecerá ante tu mirada.

Yo continuaré diciendo adiós, ya no estará jamás.
Tu tendrás amor, pasión, deseo,
yo solo tendré mi soledad.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 10, 2006

Juguemos ...

Juguemos el amor,
que había guardado
en el sótano
de mis recuerdos.

Con tu ardiente beso
la serpiente dormida
abrirá el surco
de la tierra virgen.

Saldrán minúsculos duendecillos
que traviesos trotaran y trotaran
a encontrarse con su destino
y enlazarán tu alma y la mía.

Juguemos a que nos amamos,
sin importar el que dirán.
Juguemos nuevamente,
juguemos sin parar.


© José M. García Velázquez 2006

Hoy vengo a ti

Hoy vengo a ti,
para acariciarte en la penumbra.
Permite que descanse mis labios en tu intimidad.

Temblarás, palidecerás y gemirás,
ante la inmensidad de mi hombría.
Tu inocencia acabará sorprendida,
y llenaré tu alma dormida.


Haremos del reflejo de nuestros cuerpos,
un santuario erótico y de pasión.
Jugaremos entre montañas blancas,
sin cesar, sin descansar.

Hoy vengo a ti
para adentrarme en tus caminos,
descubriendo pasajes imposibles,
de describir.

Recorreré cada secreto con suavidad,
me posaré en tu delicia,
cada pulgada de mi secreto,

confirmará nuestro pacto.

Cerraré y abriré con mi llave,
tu candado una y otra vez.
Al terminar nuestra aventura,
las puertas de tu feminidad jamás cerraran.

Hoy vengo a ti,
para decirte en silencio,
que tomaste de mi nectar,

y no podemos olvidar.



© José M. García Velázquez 2006

Tienes

Tienes algo que no logro descubrir.
No hay secretos escondidos,
y no limita mi deseo,
el saber que ya no estás.

Te encuentras y te pierdes,
caminando con los vientos de mi esperanza.
Son los sueños temporeros,
que emborrachan mi soledad.

No hay caminos sin recorrer,
que ante tu inmensa presencia,
impida que tu esencia,
me embriague de placer.

Tienes tú la llama, la fuerza,
que mi boca probará.
Te enredaste en la salida,
buscaste la inmensidad.

No renuncies, no me niegues,
júrame que volverás.
Ese algo que no entiendo,
que sorpresa me tendrás.

Amor mío, mío de mí,
que me tienes, que me escondes.
El camino que recorro,
a tus pies me llevará.

Te juro que no tienes que huir.
Quiero descifrar tus anhelos.
No pretendo jugar con fuego,
pero tienes algo que no logro descubrir.


© José M. García Velázquez 2006

Mi Castigo


La noche vestida está de luto.
¿En donde me encontraba que no escuchabas?,
Buscaste a la cobardía fría y desolada,
en las sabanas tristes y mojadas.

La línea de tu busto se encuentra alterada,
dibujada en la sombra de tu almohada,
¿Porque estoy temblando de celos,
es que acaso no soy tu dueño?

Que misterio esta ilusión encantada.
Que condena, que tristeza,
era este amor que sin palabras,
anidaba en la mente de aquel que no esperaba.

Mi condena y mi castigo,
vendrá de mi ignorancia.
Vestida está de luto

mi amiga, mi amada.



© José M. García Velázquez 2006

Pedazos muertos

Ahora que comienzo,
mi vida alargaré.

viviré el amor desencajado:
adiós, pequeños,
adiós, amores,
adiós, pedazos de mil corazones.

Soy espacio en la penumbra,
Soy un mar de razones.

Ya no siento, ya no imploro.

Mi locura ha vuelto,
desfallezco
me siento muerto.

© José M. García Velázquez 2006

Añoranza

Tengo tu alma en la noche
alumbrada.

Las olas del mar que dibujan
tu sonrisa.

La niñez que viene a mi memoria,
marca la pauta de mi senda.

Como recordar mi añoranza escondida,
en el árbol, en la quebrada,
en tu ojos y en tu risa.

Cuan fútil resultaría,
soportarlo no podría.

Sobrevives incesante,
al embate de mis deseos,
uno a uno, muy de cerca

¿imposible?...no lo creo.


© José M. García Velázquez 2006

Quimera

Busco enfrentar la realidad,

Convalidar mi ser perdido,

Soñar,

Girar el cristal en que vivo
buscando el bienestar en la maldad,

Y vuelvo a buscar,

Hasta nunca acabar,

El olvido aquel del abismo
fatal de mi humilde quimera.

© José M. García Velázquez 2006

febrero 09, 2006

Dilema

Me fui, me voy, me iré.

Gritaré a todos como quiera,
que si la vida fuese sincera,
adelante seguiré

Fue un dolor oscuro,
ni un minuto, ni un suspiro,
entre sueños viviré.

Cobijado mi pensamiento,
el mundo arropa mi sed,
tu me robas mi alma,
y yo en ti resucitaré.

Porque quiero que seas,
porque deseo ser,
porque mi vida termina,
porque en ti moriré.


© José M. García Velázquez 2006

Tormento

Me voy, triste
sin saber porque sufrí
Mi mundo no me quiso
¿por qué será así?

Un recuerdo solo me atormenta
recordar porqué viví...
la vida me pregunta
donde me llevó el sentimiento

Hoy, no aguanto más
mis ojos no miran
finalicé mi trayectoria
incesante, confundida y sufrida.

© José M. García Velázquez 2006

Como las gotas...

Hoy está lloviendo...

Las gotas bailan,
al son de la brisa,
tu faz como diamante,
marca mi alma...

Por un adiós sin razón,
como sombras sufrimos,
fluye en mi torrentes,
de ilusiones perdidas...

Ese final que comienza,
esa ilusión que termina,
promesas que no se cumplen,
al filo de la vida...

¿Fue amor, olvido?
fue la lluvia testigo,
el silencio fue cómplice,
sin ti ya no vivo...

Recordaremos la lluvia,
en la ventana de mi alma,
borrando tristezas,
lavando la polvareda en calma...

Cuando vuelva a llover,
quizás en un momento,
podré recordarte,
e infinitamente amarte...


© José M. García Velázquez 2006

febrero 08, 2006

El mundo te espera…

En un abrir y cerrar de ojos la vida continua su curso acelerado. ¿Quiénes somos en este escenario de la vida? Somos aire, agua, sudor, lágrimas y esperanza. Tanto esforzarnos por ocupar un espacio en el mundo fingido, tanta proyección en un espejo de mentiras y engaño. Seguimos afanados por lo material y sin sustancia. Dependemos de la apariencia y luchamos por la primera posición de una malograda existencia.

Somos algo más que palabras, somos la realidad de la vida, somos la unión y el pensamiento de la verdad y la razón. Podemos componer un mundo en donde no haya cabida para la desigualdad social. Podemos enfrentar las injusticias y someterlas ante el tribunal de la realidad humana.

Por que conformarnos con la mediocridad, cuando podemos  demostrar excelencia en nuestras acciones.

Adelante amigo la hora de salir del sótano oscuro, del laberinto que hemos labrado ha llegado. No frenes tus impulsos, no frenes tu voluntad, no frenes tu esperanza o mejor aún no frenes tu espíritu.

El mundo te espera…

Invitación

Me envuelvo en sueños
me envuelvo en sombras
mi alma en congoja
en silencio te nombra,
sabiendo aún que no soy tu dueño

Acepté la invitación de Santiago Teja en su blog, para hacer un poema de cinco versos comenzando con el primer verso. Extiendo la invitación a cualquier lector para que haga un poema, pero comenzando con el último verso de este poema, que está en itálica.

Adelante y gracias adelantada.

febrero 02, 2006

Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esa otra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

(F. De Quevedo)
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