
Adormecido en mi existencia,
sueño con una ilusión.
Amarrado estoy en la prisión,
enterrado profundo a tu pasión.
Junto a ti estoy sumergido,
aprisionado entre tu pecho,
logrando acceso a tus sentidos,
en el ambiente erótico de tu lecho.
Cuan frágil resulta tu herida.
Cuan húmeda siento tu alma.
Gozo entre pliegos de lujuria,
sudando gota a gota la vida.
Ante tan acalorada sesión,
tu y yo fundidos quedamos.
Corazón a corazón jadeamos,
boca a boca amarrados.
© José M. García Velázquez 2006