Un nuevo año ha comenzado, el 2006, es que acaso podemos cambiar en un abrir y cerrar de ojos lo que el pasado ha dejado atrás. No lo creo. Seguimos sumergidos en el afán de conquistar día a día nuestro destino, destruyendo relaciones y poniendo en peligro lo que con tanto empeño y sudor hemos conseguido. Trabajo, casa, esposo, esposa, hijos y familia son algunas posesiones que debemos atesorar y que en ocasiones tan poco interés demostramos en ello.
En fin 2006 será el ocaso de nuestra felicidad o la esperanza de continuar en la búsqueda de la felicidad.
El tiempo nos dará la razón…
enero 01, 2006
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