¿Mal social, de salud o puramente gubernamental...?

Ha aumentado la cantidad de deambulantes en el país. Esto acarrea un problema de salud y seguridad sin precedentes en la historia de Puerto Rico. El gobierno recibe fondos para ayudas, sin embargo no ha implantado una política pública que vaya acorde con la situación actual de estas personas. La realidad es que la mayoría de los deambulantes están totalmente apartados de la sociedad, se encierran en si mismos y evitan a toda costa de compartir las responsabilidades que como ciudadanos les exige la sociedad.

Muchos de estos seres padecen de enfermedades que van desde la mental, adicción, malnutrición, enfermedades contagiosas como HIV, hepatitis y venéreas. Y otros solamente no aceptan responsabilidad alguna y prefieren vivir de lo que puedan encontrar en la calle. Pienso que los menos se dedican a actividades delictivas que afectan el orden
social actual.

Las ciudades con gran concentración de personas son las que actualmente tienen el mayor número de deambulantes como parte de su población. San Juan, Bayamón, Ponce, Mayagüez entre otros, tiene una política de no tolerancia a los deambulantes. Han presentado una campaña represiva y utilizando ordenanzas o códigos de orden público pretenden erradicar o limitar la presencia de las personas sin hogar que solo buscan una comida y un techo para pasar el día.

No es con represión que se resuelven los problemas, es con conciencia y sobretodo con interés genuino de ayudar al prójimo que más necesitado se encuentra en la calle. Utilicemos todo nuestro intelecto, busquemos recursos y unamos esfuerzo común para rehabilitar de forma responsable y seria a estas personas y buscarles nuevamente un rol activo y productivo en nuestra sociedad puertorriqueña.