Si de pronto no existes, si de pronto no vives, yo seguiré viviendo.
No me atrevo, no me atrevo a escribirlo, si te mueres.
Yo seguiré viviendo.
Porque donde no tiene voz un hombre allí, mi voz.
Donde los negros sean apaleados, yo no podré estar muerto.
Cuando entren en la cárcel mis hermanos entrare yo con ellos.
Cuando la victoria, no mi victoria, sino la gran victoria llegue aunque esté mudo debo hablar: yo la veré aunque esté ciego.
No, perdóname.
Si tú no vives, si tú, querida, amor mío, si tu te has muerto, todas las hojas caerán en mi pecho, lloverá sobre mi alma noche y día, la nieve quemará mi corazón, andaré con frío y fuego y muerte y nieve, mis pies querrán marchar hacia donde tú duermes, pero seguiré vivo, porque tú me quisiste sobre todas las cosas indomable, y, por amor, porque tú sabes que soy no solo un hombre sino todos los hombres.
Los Versos del Capitán
La muerta
Pablo Neruda
diciembre 31, 2005
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