Invítame al amor alma mía,
tan dulce sabor que me provoca,
anclado en tu pecho en agonía,
oculto en la sonrisa de tu boca.
Tu mirada es fuego que encierra la ira,
esta pasión tan fuerte como la roca,
me envuelves y te enrollas a mi cuerpo cual espira,
mordiendo con lujuria los surcos de tu boca.
Fléchame como saeta de tu mirada,
arráncame la vida cual iracunda loca,
embestida ilusión que se encuentra asomada,
pérdida dulcemente en la comisura de tu boca.
Me duele fuertemente el espíritu, mi vida,
tu recuerdo eternamente a mi espíritu toca,
aún tengo mi alma que llora cansada y abatida,
y mi deseo incesante por el néctar de tu boca.
Rompe con tu amor mi encierro y aflicción,
tu sensual cuerpo tan dulce como la soca,
perdido ciegamente en la exótica prisión,
encadenado y ebrio con el brebaje de tu boca.
José M. García Velázquez © 2007
tan dulce sabor que me provoca,
anclado en tu pecho en agonía,
oculto en la sonrisa de tu boca.
Tu mirada es fuego que encierra la ira,
esta pasión tan fuerte como la roca,
me envuelves y te enrollas a mi cuerpo cual espira,
mordiendo con lujuria los surcos de tu boca.
Fléchame como saeta de tu mirada,
arráncame la vida cual iracunda loca,
embestida ilusión que se encuentra asomada,
pérdida dulcemente en la comisura de tu boca.
Me duele fuertemente el espíritu, mi vida,
tu recuerdo eternamente a mi espíritu toca,
aún tengo mi alma que llora cansada y abatida,
y mi deseo incesante por el néctar de tu boca.
Rompe con tu amor mi encierro y aflicción,
tu sensual cuerpo tan dulce como la soca,
perdido ciegamente en la exótica prisión,
encadenado y ebrio con el brebaje de tu boca.
José M. García Velázquez © 2007
2 comentarios:
me encanta!!! y te lo digo con mi boca! :-)
De lo mejor que he leído en este rincón.
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