marzo 13, 2007

Martirio


Perseguido por la pasión,
de tenerte abrazada,
a mi ardiente deseo,
devorándote a pedazos,
sin dejar rastros apagados,
del amor eterno.

Sigiloso entre rumores,
quedo en la prisión,
del desespero encadenado,
que irrumpe en el silencio,
de los latidos sonoros
de mi alma arrebatada.

Me castigas con rudeza, me golpeas,
me lastimas, y quemas mis entrañas,
cauterizas las heridas,
que brotan del corazón
que siente y palidece
por quererte y no tenerte.



José M. García Velázquez © 2007

1 comentario:

La-Roc dijo...

Me a gustado completo pero esta parte más:

"Sigiloso entre rumores,
quedo en la prisión,
del desepero encadenado,
que irrumpe en el silencio,
de los latidos sonoros
de mi alma arrebatad"


Saluditos desde las costas que le dan un abrazo a Vieques...!

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