agosto 22, 2007

¿Cómo saber?

Como sabré que a lo lejos, de madrugada y a oscuras,
la noche germina sueños de tenerte arrimada,
en un momento febril que nos lleva a las alturas,
retozando ambos cuerpos en la pasión descabellada.

Como sabré si al sentir que tu piel suave de terciopelo
plantó en mis sentimientos el más profundo anhelo,
de volver junto a ti al hermoso e incitador tálamo,
para el deleite cadencioso de sentir tu cuerpo calentado por mi mano.

Como sabré el momento ideal de cubrirme en tu bondad,
escondido entre gemidos lujuriosos y desenfrenados,
sedientos alcanzamos el desmedido delirio acompasado.

Como sabré que al cerrar los ojos sentiré el eclipse que tu ser,
se difumina ante la realidad de que me encuentro ardiente,
por tu sudor dulce y perfumado a hembra vestida de mujer.
Y en mi constante insistencia solo plasmo que estás ausente.


José M. García Velázquez ©2007

agosto 21, 2007

Tu boca...


Invítame al amor alma mía,
tan dulce sabor que me provoca,
anclado en tu pecho en agonía,
oculto en la sonrisa de tu boca.

Tu mirada es fuego que encierra la ira,
esta pasión tan fuerte como la roca,
me envuelves y te enrollas a mi cuerpo cual espira,
mordiendo con lujuria los surcos de tu boca.

Fléchame como saeta de tu mirada,
arráncame la vida cual iracunda loca,
embestida ilusión que se encuentra asomada,
pérdida dulcemente en la comisura de tu boca.

Me duele fuertemente el espíritu, mi vida,
tu recuerdo eternamente a mi espíritu toca,
aún tengo mi alma que llora cansada y abatida,
y mi deseo incesante por el néctar de tu boca.

Rompe con tu amor mi encierro y aflicción,
tu sensual cuerpo tan dulce como la soca,
perdido ciegamente en la exótica prisión,
encadenado y ebrio con el brebaje de tu boca.


José M. García Velázquez © 2007

agosto 17, 2007

¿Cómo no ofrecerte todo?


Quiero ofrecerte tanto:
Cuanto diera hoy por tenerte
tan solo en mis sueños perdidos.
Atrapar la sonrisa que se ausenta,
aferrada a un recuerdo que no llegó
y olvidada entre profundas heridas.

Quiero ofrecerte tanto:
No oigo ni siquiera tus suspiros,
alejados de toda alegría.
Caíste como ave golpeada,
con tus alas quebradas ante la tristeza.
Que cruel fue el tiempo pasado
que no te ofreció el sueño esperado.

Quiero ofrecerte tanto:
Que me golpea la culpa criminal
de no haberte dado todo lo esperado,
a un amor que se entregó total.

Quiero ofrecerte tanto:
Que no puedo con mi alma,
todo lo he perdido, hasta la calma;
ante tu punzante llanto.

Ofreciste a manos llenas tus sentimientos,
siempre que me hablabas.
Oí sin preocuparme por escuchar,
que tus palabras quedaron como esclavas.

Hoy soy otro, no aquél que no valoró,
lo único importante de su vida,
a la mujer que dejó herida,
por no apreciar lo que ella ofreció.

José M. García Velázquez © 2007

agosto 14, 2007

Amistad sin cadenas


Disculpa si tu ser abrumo,
es que encontré un hombro
donde reposar sin ni siquiera tocarte.
Disculpa es que en tu sonrisa
encontré un momento de visión
entre Tú y el sol de la tarde.
Hay magia en la transparencia,
en la sonrisa sincera,
en el compartir sin egoísmo
en la amistad sin cadenas.


Para todos aquellos que creen en la amistad sincera.
- Mar
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